Taanto monta, monta tanto, la empatía como la sed
Cuando el filósofo francés Descartes afirmaba “pienso, luego existo” para recalcar la dualidad supuesta de los humanos entre la mente y el cerebro, entre el alma y el cuerpo, se equivocaba. Los experimentos más recientes sugieren que esa dualidad no existe. Es más, si llego a pensar algo, es porque mi cuerpo existe; un cuerpo que no distingue entre necesidades físicas y concretas, como el hambre, y necesidades abstractas, como la empatía y el altruismo.